Cuando se practica Chakrasana de manera consciente y con la técnica adecuada, puede ser una valiosa incorporación a su rutina de ejercicios.) es una asana de yoga avanzada que forma un arco o rueda con el cuerpo, fortaleciendo brazos, piernas, abdomen y espalda, y abriendo el pecho y los hombros, mejorando la flexibilidad y la energía; se inicia tumbado y se levanta el cuerpo con el apoyo de manos y pies, creando un puente que trabaja la extensión de la columna y la tonificación de órganos internos como el hígado y los riñones.
Pasos para realizar Chakrasana
Posición inicial: Túmbate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, cerca de los glúteos, separados a la anchura de las caderas. Coloca las palmas de las manos en el suelo a los lados de la cabeza, con los dedos apuntando hacia los talones.
Elevación: Inhala y levanta las caderas del suelo, empujando con los pies y las manos para elevar el torso y la cabeza, formando un arco.
Alineación: Mantén los brazos y las piernas separados al ancho de los hombros y las caderas, respectivamente. Los muslos deben estar paralelos, y el ombligo contraído para proteger la espalda baja.
Profundización (opcional): Para profundizar, puedes estirar las piernas y mover los pies más cerca de las manos, o intentar caminar con las manos hacia los pies.
Para salir: Exhala, dobla los codos y las rodillas, y baja lentamente la espalda al suelo. Luego, lleva las rodillas al pecho para contrarrestar la extensión.
Beneficios de practicar Chakrasana
Fortalece brazos, piernas, abdomen y glúteos.
Mejora la flexibilidad de la columna vertebral y abre el pecho.
Tonifica órganos abdominales como el hígado, páncreas y riñones.
Aumenta la energía y reduce el estrés.
Consejos importantes
Coordina el movimiento de piernas y brazos para evitar presión excesiva en el cuello.
Usa la fuerza de las piernas y el abdomen, no solo el impulso.
Realiza posturas preparatorias como el Camello (Ustrasana) si eres principiante.